Intolerancia a la histamina o histaminosis.
Si estás leyendo este artículo, quizás sea porque has recibido un diagnóstico de histaminosis o de intolerancia a la histamina, y no terminas de entender muy bien qué ocurre en tu cuerpo.
A continuación, voy a explorar los síntomas, las causas y los tratamientos de la intolerancia a la histamina, y para ello vamos a ver los siguientes puntos:
- ¿Qué es la histamina?
- ¿Cuál es el origen de la intolerancia a la histamina o histaminosis?
- ¿Qué síntomas están relacionados con la intolerancia a la histamina?
- ¿Cómo puedo saber si tengo intolerancia a la histamina?
- ¿Qué puedo hacer para mejorar los síntomas?
- ¿Qué dieta debo seguir?
¿Qué es la histamina?
La histamina es una sustancia química que se produce de forma natural en el cuerpo como respuesta a alérgenos o daños celulares. Actúa como mensajera química del sistema inmunitario. También se encuentra naturalmente en ciertos alimentos, y puede liberarse al ser ingeridos.
La histamina se produce de forma fisiológica como mediadora de procesos necesarios para el buen funcionamiento del equilibrio bioquímico y funcional de nuestro cuerpo. Por ejemplo: vasodilatación, infecciones, reacciones alérgicas, secreción de ácido estomacal, liberación de neurotransmisores o regulación de las células sanguíneas e inmunitarias.
Funciones clave de la histamina.
La histamina tiene un papel importante en funciones básicas como el ritmo circadiano y el tránsito intestinal. El cuerpo la produce, la almacena en ciertas células y la libera según sea necesario.
¿Cuál es el origen de la intolerancia a la histamina?
Se estima que la histaminosis afecta al menos al 1% de la población. Es una condición mayoritariamente adquirida, aunque también existen casos de tipo genético, con mayor prevalencia en mujeres.
Algunas personas nacen con un defecto en el gen que codifica una de las enzimas necesarias para descomponer la histamina. Esto dificulta procesar la histamina de forma adecuada, provocando reacciones incluso con pequeñas cantidades.
Se trata de una afectación no alérgica. Por eso también se llama HANA (Histaminosis Alimentaria No Alérgica). Es un trastorno metabólico relacionado con la degradación de la histamina.
Esta situación se produce cuando se da una producción o ingestión excesiva de histamina en nuestro cuerpo, y este tiene problemas para descomponerla de una forma adecuada. Esto conduce a un aumento de los niveles de esta histamina, lo que provoca síntomas similares a los de las alergias. Por tanto, es el resultado de un desequilibrio entre la ingesta/liberación y la degradación o desintoxicación de esta.
Los alimentos suelen ser la principal fuente de histamina, y la actividad enzimática insuficiente de la diamino oxidasa (DAO) y/o la histamina-N-metiltransferasa (HNMT) son las causas de un desequilibrio entre la ingesta/liberación de histamina y la degradación.
El vaso que se desborda.
Podemos imaginar el cuerpo como un vaso que se va llenando de histamina. Si no se vacía poco a poco, termina por rebosar y produce síntomas.
Cuando hay un exceso de histamina, esta actúa como una llave que encaja en receptores repartidos por casi todos los órganos del cuerpo (cerebro, útero, vasos sanguíneos, riñones, intestino, corazón, músculos, estómago…). Estas cerraduras abren la puerta a los distintos síntomas relacionados con la intolerancia a la histamina, provocando inflamación y molestias como diarrea, vómitos, urticaria o secreción nasal.
Como ya he comentado, la histaminosis puede ser causada por muchos factores diferentes; unos que dependen de la liberación de nuestro cuerpo (endógena), y otros que dependan de la ingestión (exógena). Estos factores pueden ser alergias a alimentos o medicamentos, parásitos digestivos como el Anisakis, hongos como la Cándida y otros desequilibrios en la microbiota (o disbiosis), el estrés, el ayuno muy prolongado el alcohol, contaminantes ambientales o incluso por enfermedades crónicas como el cáncer.
Síntomas de la histaminosis.
Muchas personas tienen intolerancia a la histamina sin saberlo. Los síntomas pueden confundirse con otras patologías, como acidez o indigestión.
El síntoma principal es una erupción roja en la piel similar a picaduras de insectos, con picor, hinchazón, dolor de cabeza o dificultad para respirar.
Síntomas frecuentes.
También pueden aparecer síntomas parecidos a un resfriado tras ejercicio intenso o dermografismo al rascar la piel. Otro síntoma frecuente es el dolor de cabeza o migraña asociado al déficit de DAO.
Los síntomas varían entre personas y dependen del nivel de intolerancia. A menudo aparecen tras ingestas alimentarias inespecíficas, especialmente si coinciden otros factores. La intensidad de los síntomas suele ser dosis dependiente, a diferencia de las alergias que pueden desencadenarse con mínimas dosis.
Síntomas recurrentes de la intolerancia a la histamina:
- Urticaria, erupciones cutáneas
- Picor
- Asma
- Congestión nasal, estornudos
- Eccema
- Palpitaciones, taquicardia
- Náuseas, vómitos
- Dolores de cabeza
- Mareos, hipotensión
- Fatiga
- Problemas digestivos (hinchazón, acidez, diarrea)
- Alteraciones del sueño
- Dermografismo
- Calambres musculares
- Dismenorrea
- Sofocos
- Edema
- Hormigueos
¿Cómo puedo saber si tengo histaminosis?
Tal y como se ha visto en el apartado anterior, es complicado saber si existe una histaminosis atendiendo sólo a la sintomatología, ya que esta puede deberse a otros problemas de salud.
Para el diagnóstico de la intolerancia a la histamina, se suelen utilizar parámetros analíticos como la determinación de actividad enzimática de DAO o HNMT, o la concentración de histamina y/o sus metabolitos en sangre u orina. No obstante, existe cierta controversia en la validez científica de estos parámetros si no se contextualizan por un profesional sanitario experimentado, ya se ya médico o nutricionista, ya que pueden obtenerse resultados contradictorios y sesgados.
Importancia del contexto.
Es sumamente importante investigar siempre los síntomas del paciente, y no menospreciar el declive progresivo en la calidad de vida que se suele producir en este tipo de pacientes.
En este punto, es muy importante remarcar que la intolerancia a la histamina es una condición clínica infradiagnosticada, y es precisamente por este motivo, porque los facultativos subestiman el malestar del paciente, y estos permanecen años sin saber que les pasa, en ocasiones pensando que se trata únicamente de problemas psicosomáticos o psicológicos.
Actualmente, además, existen unas pruebas que se realizan en sangre para saber a ciencia cierta contra que proteínas alimentarias reacciona nuestro cuerpo aumentando la liberación de histamina, de esta forma es más fácil dirigir una dieta. Las proteínas que se suelen mirar son las de alimentos con potencial alergénico, como la leche, el huevo, el pollo, el pavo, el cerdo, el pescado azul, el pescado blanco, la soja, el maíz, el arroz y algunas frutas y verduras.
Una forma práctica de detectar una intolerancia a la histamina es con una dieta de eliminación por un periodo de unas semanas, dirigida por un dietista-nutricionista clínico experimentado. De esta forma, se podrá evaluar si la sintomatología está asociada o no a la histamina, y se podrá fijar el umbral de tolerancia de los diferentes alimentos.
¿Qué puedo hacer para mejorar los síntomas?
La única terapia que existe por el momento es la de seguir una dieta personalizada baja en histamina, idealmente, tal y como se ha comentado anteriormente, tras haber realizado una prueba de liberación de histamina frente a algunas proteínas, para que así el tratamiento sea más efectivo. Este tipo de pruebas deben de realizarse en centros especializados.
Otras estrategias complementarias.
Esta dieta puede complementarse con suplementos alimenticios y medicamentos que ayuden a degradar la histamina, hasta la mejora clínica de los síntomas. También es una buena estrategia terapéutica ir eliminando y/o disminuyendo todo aquello que puede incrementar la liberación de histamina endógena, y que ya he comentado anteriormente, como el estrés y/ o la contaminación ambiental.
En mi caso, además, y gracias a la visión integral que da la PNIE, también se investiga otras posibles causas que pueden ser el origen de la liberación endógena de la histamina, como las infecciones por parásitos, bacterias u hongos y la disbiosis intestinal.
¿Qué dieta debo seguir?
La histamina que contienen los alimentos deriva de los diferentes grados de fermentación, maduración o putrefacción de estos, por tanto, evitar ingerir alimentos que cumplan estos procesos ayudará a mejorar los síntomas, es decir, ingerir alimentos lo más frescos posibles es una de las principales estrategias a seguir. Lo recomendable sería tomar siempre alimentos frescos, sin procesar y consumirlos de forma rápida o congelarlos.
Alimentos con más histamina.
Los alimentos más ricos en histamina son el pescado en descomposición (que no esté muy fresco) y el pescado enlatado, los embutidos y la carne seca, también quesos maduros, vino, champán, cerveza y vinagre, así como en otros productos fermentados. La histamina es resistente al calor y al frío, por tanto, no se puede eliminar de los alimentos.
Alimentos liberadores de histamina.
La histamina no sólo puede ser ingerida, existen también alimentos que provocan una liberación de histamina de las células de nuestro cuerpo al ser ingeridos y, por tanto, pueden generar la aparición de síntomas, por ejemplo, la clara de huevo de gallina.
Otros alimentos lo que producen es un bloqueo de las enzimas DAO y HNMT, que son las encargadas de descomponer la histamina, y de facilitar su absorción intestinal.
Alimentos como el chucrut, las espinacas, los tomates, las berenjenas, el aguacate, las legumbres (lentejas, frijoles, soja), las fresas, las frambuesas, los cítricos, los plátanos, la piña, el kiwi, las peras, la papaya, las nueces, muchas salsas, condimentos y especias, serían algunos ejemplos. Lo mismo ocurre con ciertos aditivos alimentarios.
Para finalizar, es necesario añadir que la intolerancia a la histamina está aún bajo estudio y se hacen revisiones frecuentes de los listados de alimentos, por lo que recomiendo que ante la duda se acuda siempre a profesionales sanitarios que estén actualizados con tal de poder mejorar lo antes posible. Y, como siempre, recordar la importancia de ir siempre al orígen del problema sin subestimar otras posibles causas subyacentes que son diferentes a las meramente relacionadas con la alimentación.
Conclusión y acompañamiento.
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Bibliografía:
- HIT > Introducción [Internet]. [cited 2022 Mar 20]. Disponible en: https://www.histaminintoleranz.ch/en/introduction.html
- Comas-Basté O, Sánchez-Pérez S, Veciana-Nogués MT, Latorre-Moratalla M, Vidal-Carou MDC. Histamine Intolerance: The Current State of the Art. Biomolecules [Internet]. 2020 Aug 1 [cited 2022 Mar 20];10(8):1–26. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7463562/#:~:text=Histamine%20intolerance%2C%20also%20referred%20to,beginning%20of%20the%2021st%20century.
Imágen obtenida de Pixabay